jueves, 25 de febrero de 2010

Muertos por propia voluntad

El suicido, como dice Émile Durkheim, supone a pesar de su individualidad, una conducta claramente social. Tradicionalmente, se tiende a pensar que las personas que se privan voluntariamente la vida, son enfermos mentales. Sin embargo, esto supone un importante error de interpretación, pues los condicionantes sociales por lo que un ser humano se quita la vida voluntariamente, son de distinta índole.

A raíz de las apreciaciones de Durkheim y un interés sociológico de trasladarlo a Canarias, he intentado recopilar datos del suicidio en el Archipiélago. Los resultados obtenidos, son más que interesantes y hacen reflexionar sobre la motivación de estas muertes voluntarias, tendentes a generar conclusiones similares.

Análisis histórico del suicidio (1977-1989):

La formación social actual de Canarias, se puede remontar a la etapa de la Transición. En la época fascista, la sociedad del Archipiélago era mayoritariamente analfabeta. En la década de los 80, la tasa de alfabetismo en Canarias, aún no llegaba al 70% y la población, que llevaba aproximadamente dos décadas asentándose en los extrarradios de las ciudades, todavía no tenía un nivel de instrucción adecuado.

Basándonos en los números, un total de 1482 personas, se suicidaron en el Archipiélago entre 1977 y 1985, deduciéndose de esta cifra, 124 suicidios anuales. Si dividimos el Archipiélago en islas orientales e islas occidentales, observamos una mayor tasa en las occidentales, suponiendo 10 suicidios de cada 100.000 habitantes, mientras que en las orientales, el número es de 7 por cada 100.000 habitantes. En el cuadro a continuación, observamos un pico de 14 personas por cada 100.000 habitantes en las islas occidentales y de 10 en las orientales. De estos datos, se obtiene como conclusión, que el año 1984, fue un año nefasto para los suicidios en Canarias, cuya explicación racional, es difícil de definir, aparte de ser época de crisis, lo cual no difiere demasiado de la época anterior o incluso posterior, durante los años 80.


En el período de 1986 a 1989, la tendencia entre islas, se invierte. En esta coyuntura, las islas orientales superan a las occidentales. El número por cada 100.000 habitantes, es de 8,4 y 5,6 respectivamente. Observamos, asimismo, que empieza a disminuir la tasa de suicidios, quizá motivado por la pequeña recuperación económica.



Sin embargo, en el año 1986, concretamente en el mes de abril, nos topamos con una información del diario El País, en la cual se informa de que Las Palmas es la provincia del Estado, con un mayor número de suicidios en lo que va de año. Climatología, insularidad, lejanía, incultura, caracterología y superstición son algunos de los factores que más barajan los sociólogos y psiquiatras que trabajan desde hace tiempo en las islas Canarias”, estos son los motivos que comenta el periodista Cristóbal Peñate en su artículo, por los cuales es tan alto el índice de muertes voluntarias en las islas orientales. Sin embargo, resulta más sencillo explicarlo desde un punto de vista más social y menos existencialista-religioso: las tasas de desempleo, la pobreza y marginalidad en esa época en las islas, supone un argumento algo más sociológico a este fenómeno. “El método más habitual empleado por los hombres es la horca, mientras que las mujeres son más propensas, a juzgar por las estadísticas periodísticas, a tirarse desde un balcón o a arrojarse a un aljibe o un estanque. Los presuntos suicidios se distribuyen a partes iguales entre ambos sexos. Los envenenamientos con lejía, matarratas o insecticidas han sido habituales en los últimos meses. El método preferido por la mayoría de los suicidas suele ser el seguro de arrojarse por el puente de Silva, en la carretera que une Las Palmas de Gran Canaria con el noroeste de la isla; la caída desde el puente, de unos 400 metros de altura, conduce inexorablemente a la muerte”, continúa su información el periodista.



Los adolescentes:

La adolescencia es una época de cambio, en el cual el individuo está forjando su personalidad, sus preferencias, su sexualidad, sus gustos y demás. Leer en la misma información de El País del año 1986, antes comentada, que un niño de 14 años se suicidó arrojándose desde el séptimo piso de su casa, porque sus padres no le habían comprado un ordenador para Reyes, supone un impacto, difícilmente asimilable. Quien comete un acto de este calibre, o no es consiente de lo que vale la vida o no le importa el sufrimiento que deja detrás, cualquiera de los dos pensamientos, propios de una mente adolescente.

Por la cabeza de un adolescente, pasan numerosas cosas. Desde deseos de vivir, hasta emociones demasiado fuertes que le hacen detestar la vida, cuando llega una decepción. El capricho, la rebeldía, los encuentros y desencuentros amorosos de un ser que está abriendo los ojos o las ganas de llamar la atención, son sentimientos que nutren la psicología de un adolescente. Si a esto le sumamos la característica de vivir en Canarias, le podemos colocar algunas etiquetas más. Manuel Alemán, en su libro más famoso, “Psicología del hombre canario”, analizó la psicología del niño canario: “el cambio de modelo económico significó un retroceso porque, desmantelada la agricultura, la emigración circular de los campos a la ciudad, sustituyó el escenario campestre de montañas, aire limpio y arboleda por unos bloques de cemento en el hacinamiento de unos barrios sin parques infantiles, sin zonas verdes, sin lugares de esparcimiento(…) esa falta de realización de las necesidades de placer del niño es algo más que un bloqueo del ello (según el autor, capacidad de fruición, goce y expansión), significa una inmovilización global de las capacidades del niño, mentales, artísticas, relaciones, vitales y una alteración de su equilibrio emocional”[i]. Si atendemos a las palabras de Manuel Alemán, extraemos la idea del desarraigo, como un factor vital en la composición psicológica del niño y adolescente canario, que cae en los barrios, tras tener la necesidad de emigrar del campo, por la imposición de un nuevo modelo económico.

Los adolescentes entre 15 y 25 años, en mayor número las mujeres, suelen protagonizar las tasas más altas de parasuicidios, que son los suicidios “para llamar la atención”. La motivación de esta conducta no busca necesariamente la muerte, sino, como decía anteriormente, llamar la atención, cambiar la dinámica personal en la sociedad, probar su valentía (consumo excesivo de alcohol o conducción temeraria) o por cuestiones religiosas, como estar mediatizados por una secta.

Himar y Chaxiraxi descansan para siempre en dos nichos contiguos del cementerio canario de San Lázaro. Su trágica historia de amor se asemeja a las viejas parábolas guanches legadas por los antepasados de unas islas que alguien llamó «afortunadas»”, así comienza la información de la periodista Luisa Amparo Ojeda, que escribe la noticia del suicidio de dos jóvenes de 17 y 19 años, el 25 de septiembre de 1995 en el diario El Mundo. Himar y Chaxiraxi eran una pareja de adolescentes de Las Palmas de Gran Canaria, que decidieron saltar al vacío en el famoso Puente de Silva de la isla de Gran Canaria. Los motivos, aparentemente no se esclarecieron ¿Qué motivos pueden llevar a dos jóvenes, estudiantes y de economía desahogada, al suicidio? La única conjetura que se pudo concluir, fue la de los conflictos familiares de la chica, que a su vez arrastró a su joven enamorado hacia su muerte voluntaria. Además, en términos generales, se puede concluir que la privación voluntaria de la vida, se da en mayor número en los estratos sociales más altos y que viven en zonas urbanas, dos premisas que cumplen Himar y Chaxiraxi.

Personas de mediana edad:

Como dice Durkheim, la marginalidad social de la soledad, suele deparar en más suicidios. Por eso, los separados, viudas o solteros, suelen tener más suicidios que los casados y con unas relaciones sociales estables[ii].

Por lo general, las personas entre 40 y 60 años que se suicidan en Canarias, lo hacen de manera eficaz. En esta franja, los hombres se privan de la vida en mayor número que las mujeres. Separados y divorciados, superan a los viudos y solteros. Sorprende que en el caso de las mujeres, aumenten los suicidios entre las solteras de mediana edad, lo que en términos coloquiales en Canarias, se llaman “solteronas”. Esto tiene que ver con una visión machista del matrimonio, donde parece que la mujer debe casarse para ser socialmente aceptada. En esta franja, se atisba una presencia mayoritaria de enfermedades mentales o antecedentes familiares de suicidio.

Con respecto a los métodos, los hombres prefieren el ahorcamiento o la precipitación desde algún lugar alto. Las mujeres prefieren las intoxicaciones químicas, por ingesta de pastillas, matarratas o productos de limpieza. De todas formas, aunque los suicidios a estas edades son más sofisticados, se dan en menor número que otros grupos de población.

Los ancianos:

Sorprende las tasas tan altas de suicidios entre los ancianos. Las enfermedades mentales, el vivir solos o la derivación en un mundo que le rompe sus valores tradicionales, dan como resultado un número alto de suicidios.

Un matrimonio de 77 años que se envenenó antes de irse a la cama, un hombre de 80 años que se arrojó desde la cuarta planta de un hospital o una mujer de 76 años que se sumergió en un aljibe en Santa María de Guía, son algunos casos ocurridos en el año 1986.

Pero el caso más paradigmático, es el estudio por un grupo de profesionales de la medicina, en una residencia de ancianos en Gran Canaria, para así evitar estas muertes voluntarias. Aquí vemos los distintos casos, con el diagnóstico, los métodos y el número de intentos previos:

Caso Edad-sexo Días estancia Diagnóstico psiquiátrico Método Intentos previos (N.º)
1 60-mujer 11 Psicosis maniacodepresiva Precipitación No
2 70-varón 991 Trastorno personalidad Inmersión No
3 68-mujer 581 Psicosis paranoide Precipitación No
4 77-mujer 11 Probable depresión Precipitación No
5 81-varón 236 Esquizofrenia Precipitación Sí (1)
6 77-mujer 935 Demencia leve-moderada Precipitación Sí (1)
7 84-varón 2.821 Depresión Precipitación Sí (2)
8 70-varón 1.465 Depresión Precipitación No
9 64-varón 2.044 Depresión y alcoholismo Precipitación Sí (3)

A continuación, el siguiente cuadro, explica los intentos de suicidios no consumados:

Caso Sexo Diagnóstico psiquiátrico Intento Edad Mes estancia Método Edad al fallecer
1 Varón Ninguno 1 76 37 Corte en muñeca 79
2 Mujer Depresión 1 67 7 Precipitación
2 68 19 Precipitación
3 69 28 Precipitación
4 71 54 Precipitación 73
3 Mujer Depresión 1 83 9 Cortes en antebrazo 86
4 Varón Trastorno personalidad 1 65 1 Expresión verbal Vive
5 Mujer Ninguno 1 83 11 Herida abdominal 84

Observamos con el caso representativo de esta residencia, como los ancianos, que no ven nada que hacer en este mundo, optan por quitarse la vida. Los cuidadores tienen que estar muy alerta para que no se lleve a cabo.

El puente de Silva:

El puente de Silva, se convirtió en décadas anteriores, en todo un punto negro de suicidio de ciudadanos canarios. Está situado en la carretera que une Las Palmas de Gran Canaria con Gáldar. Tiene una altura de 114 metros.



Muchas personas se precipitaron por él, perdiendo la vida voluntariamente. Hoy en día tiene una valla, que evita que la gente se precipite por ahí, pero lo que es más que evidente, es que si alguien se quiere quitar la vida, lo hará, en cualquier otro lugar.

Sectas destructivas y suicidios:

Las sectas existen, de manera casi impune, en la sociedad canaria. El pueblo canario, debido a la tradición caciquil que lleva a cuestas y que hoy en día sigue acarreando, tiene tendencia hasta excesiva de obedecer. Si eso se junta con una más que evidente superstición y la misma desesperación de cada momento, puede dar con cualquier ciudadano en una secta destructiva.

Un caso que sobrecogió a la opinión pública de las islas, fue la preparación de un suicidio colectivo en el Teide, en el año 1998. Todo apunta a que los miembros de la presunta secta estaban convencidos de que el mundo terminaría el pasado jueves a las ocho de la tarde (hora canaria). Creían que, tras autoinmolarse, una nave espacial les recogería y les transportaría a otra existencia.”, esta fue la decisión tomada por los 32 miembros de la secta (31 alemanes y una española), que se venían reuniendo en una finca en Arafo (Tenerife). Además, parece ser que los miembros pagaban 50.000 de las antiguas pesetas (unos 300 euros), para asistir a reuniones con la líder. El suicidio no fructificó, pero advertimos con esta información, el peligro que tienen las sectas destructivas, involucradas en casos de suicidios colectivos.

Conclusiones:

Tras este recorrido por el suicidio en Canarias, podemos dar la razón a Durkheim, de que este fenómeno, supone un hecho claramente social. Además, podemos desentrañar varios motivos propios, por el cual se producen suicidios en Canarias:

-          Una economía totalmente volcada hacia un sector (en estos tiempos el sector servicios, aliado al turismo), genera mucha inseguridad económica. Las épocas de crisis son constantes en la historia de Canarias y se dan cuando un sector pierde fuerza o simplemente está dejando de ser rentable. A su vez la inestabilidad económica, suele generar incertidumbres que llevan al suicidio.
-          La falta de encuentro de una cultura y forma de ver las cosas, de manera estable, crea un desasosiego que puede desembocar en su desprecio ante la vida, sobretodo en las zonas urbanas.
-          Canarias se ha empezado a configurar desde hace unos 20 años, como una sociedad moderna, donde surge con fuerza el consumismo y la forma de vida occidental. Pero la asimilación es complicada y la aparición de fenómenos como el divorcio, inciden en el incremento de muertes voluntarias.

Para terminar, es oportuno comentar que el suicidio es, ante todo, una actitud anti-humana de desprecio a su propia vida. A pesar de que hay que comprender las circunstancias por las cuales se producen, es un sentimiento, ante todo, egoísta.

Documentación:






ALEMÁN, Manuel; Psicología del hombre canario, Centro de la Cultura Popular Canaria, Santa Cruz de Tenerife, 1980.

GIDDENS, Anthony; Sociología, Alianza Editorial, Madrid, 2006.



[i] ALEMÁN, Manuel; Psicología del hombre canario, Centro de la Cultura Popular Canaria, Santa Cruz de Tenerife, 1980, página 129.
[ii] GIDDENS, Anthony; Sociología, Alianza Editorial, Madrid, 2006, página 37.

Arranca el blog Sociocanarias

El blog Sociocanarias, nace por dos motivaciones encontradas:

  • Por un lado, ser complemento para los materiales que debo elaborar, para la asignatura Estructura Social Contemporánea, de Periodismo On Line, correspondiente a la URJC.
  • Por otra parte, intenta desentrañar las características sociales específicas, de una sociedad canaria cambiante, que, terminada la primera década del siglo XXI, no se define en una línea clara, por las enormes influencias que recibe. La tradición más ancestral de las poblaciones primordialmente rurales, se combina con la sociedad urbana emigrada del campo en la década de los 60, 70 y 80 y con la cultura extranjera importada, que pasa de nutrir las grandes metrópolis (Las Palmas de Gran Canaria o Santa Cruz de Tenerife), a llegar hasta poblaciones barriadas, siendo los medios de comunicación un vehículo importante de asimilación de este nuevo cosmopolitismo.
Por lo tanto, aquí empieza esta aventura que probablemente durará hasta mayo y que se presume como una labor periodística placentera, a la vez que enriquecedora.